Básicamente se trata de pensamientos, ideas, ocurrencias… muchas veces de tipo intrusivo, que no son voluntarias, y tienen que ver con el suicidio.
¿Y sabías que hay dos tipos de ideación suicida?
Ideación suicida pasiva:
Es como un preludio de la activa. Hay personas que tienen pensamientos suicidas pero no tienen un plan concreto, es más como una idea general, o no tienen la intención de llevarla a cabo.
A muchas personas sin ningún tipo de patología les pasa que pueden pensar cosas como:
- Ojalá no despertarme mañana por la mañana.
- ¿Y si me atropellara el coche al cruzar el paso de cebra?
- Ojalá me cayera a las vías del metro justo antes de que pasara.
Pero en realidad no quieren causar ningún accidente y esperarán a que el semáforo se ponga en verde y obviamente esperaran a una distancia prudencial en el andén antes de que el tren se detenga por completo.
El gran peligro de la ideación suicida pasiva es que puede convertirse en activa más rápido de lo que creemos. La cosa es que la gente no quiere hablar de esos pensamientos pasivos cuando aparecen, por miedo a ser tachado de «loco» así no podemos saber si alguien tiene problemas o intenciones de quitarse la vida.
Además como son pensamientos que se quedan solo en su cabeza y no pasan a la acción los consideran algo «no muy grave», así que no van a acudir a un profesional de la salud o a un hospital. Esto hace que se sientan solos y raros en estos pensamientos tan tristes.
Antes de que la pasiva se convierta en activa, hay que hablar. Es importante hacer llegar a nuestros seres queridos que no tienen por qué sufrir en silencio.
Ideación suicida activa:
La activa es la más conocida aquella que escuchamos con frecuencia cuando se trata la conducta suicida. En el contexto médico te suelen preguntar si tienes algún plan para cometer suicidio, de esta manera miden si tu ideación es activa o pasiva.
Ideación suicida activa es el caso de que tengas un plan, una forma o medio para llevarlo a cabo, un momento concreto o una fecha pensada y una fuerte intención de hacerlo.
Este tipo de ideación suele requerir hospitalización para mantener a la persona a salvo de sí misma. No porque no sea alguien funcional y no pueda valerse por sí misma sino porque no se sabe en qué momento pondrá en riesgo su vida y es mejor tenerla vigilada, aunque sea, por un corto periodo de tiempo, para tratar de medicalizar y hacer terapia de forma que cambie de idea.
Este fue el tipo de ingreso que tuve yo por lo público en el hospital Infanta Leonor. Tras una visita de urgencia a mi psiquiatra de la seguridad social valoró que el riesgo era tan grande que no podía dejarme marchar del centro si no era con alguien que me llevara al hospital. Yo había ido sola y le dije que podría ir hasta urgencias del hospital por mi misma pero el riesgo era tal que tuve que dejar el coche en el centro de salud y llegar al hospital en ambulancia.
No fue una buena experiencia. No me trataron mal pero la ideación suicida no se marchó, simplemente se agazapó tras una medicación que me tenía medio adormilada y así pasé una semana hasta que pedí el alta voluntaria. A la semana estaba ingresada en otro lugar por intento de suicidio.
¿Qué puedo hacer en estos casos?
Si tienes pensamientos de hacerte daño, por favor, acude a alguien de confianza (pareja, familia, amigos…) para que te apoye. Puedes pedir cita de urgencia con tu profesional de salud más cercano ya sea enfermero, médica, psiquiatra o terapeuta. Y si nada de eso funciona ESPERA y antes de tomar cualquier decisión llama al teléfono de la esperanza o cualquiera de los aquí listados.
Por favor, recuerda que este artículo no sustituye NUNCA el tratamiento de un profesional de la salud.
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