Pensar que puedo decir cómo será 2021 después del año que hemos tenido suena un poco a risa. Si algo hemos podido aprender de 2020 es que aquello que tomamos como una certeza puede darse la vuelta de repente, sin avisar y darnos en toda la cara.
Todos nos hemos tenido que adaptar y pasar de un 2019 en el que teníamos rutinas afianzadas a un 2020 en el que el coronavirus y la pandemia hicieron que muchas cosas que dábamos por hecho cambiaran. Y aparecieron rutinas nuevas como llevar mascarilla en la calle o un bote de gel hidroalcohólico en el bolso.
A pesar de la vorágine seguimos teniendo ciertas cosas que se mantienen. Y además necesitamos tener objetivos y cosas en el futuro que nos hagan ilusión para poder seguir adelante.
Necesitamos querer que llegue el mañana.
Cosas que NO espero de 2021:
Durante el año que viene no me voy a convertir en influencer. Lo sé, estáis pensando que me he vuelto loca (más aún) porque ser influencer es lo más pero… no me apetece.
Conste que soy de esas personas que pensó que era algo relativamente fácil y quiso llegar a serlo. Aparecí con este blog en 2017, creé las cuentas de redes sociales y poco a poco los números fueron subiendo. Hice algunas colaboraciones, concursos, me llegaron regalos e incluso he recibido dinero por asistir a eventos… pero nada que pueda llamarse influencer. Si he conseguido más de 300€ (en un año) entre todas esas cosas que he nombrado que se lo digan a hacienda, que sabe que no.
Para llegar a eso me he esforzado bastante. He tenido mucha presión por buscar temas de los que hablar, publicar periódicamente, darle bombo a lo publicado, estar presente, ser accesible… y no me ha compensado. Así que desisto. En 2021 pienso ser una más, simplemente.
No espero que volvamos a 2019…
Entiendo esas ganas que tiene la gente de que ya sea Enero y perder de vista el conjunto de números 2020 para cambiarlos por un 2021 lleno de esperanza y cosas positivas. Este año ha estado lleno de cosas negativas y muchas personas han llegado a pasarlo realmente mal, quizás siempre lo recuerden como el peor año de sus vidas.
Y si no te ha afectado a ese nivel, si has tenido la suerte de mantener lo básico y no perder a nadie cercano, este año ha supuesto una especie de pausa o freno que nos ha hecho sentir indefensos, sin poder de decisión y a merced de decisiones externas. A la par todo lo que antes era algo que esperar con ilusión ha desaparecido o se ha convertido en algo malo.
Sabemos que el día 1 de Enero de 2021 a las 00:01 las cosas no van a ser distintas. No va a ser como el cuento de la cenicienta que en la última campanada todo desaparece (ojalá). Pero hay 365 días por delante que suponen una oportunidad de cambio aunque sea solo por la aparición de las vacunas que nos prometen un futuro mejor.
Yo no espero volver a 2019 primero porque soy realista y segundo porque para mí fue un año de mierda que empezó con dos ingresos psiquiátricos, malas decisiones en cuanto a la medicación, pasé por un episodio largo de disociación y tuve la suerte de «despertar» a tiempo para enfrentar la pandemia.
Cosas que SI espero de 2021:
Como no voy a ser influencer en el año que viene espero seguir consiguiendo que los números me resbalen. Que sigan siendo solo una forma de medir las cosas pero no a mí como persona ni como madre. En 2019 llegué a mi pico de obsesión con el tema y abandoné todo. Con mi vuelta en 2020 me he tomado las cosas de otra manera y a veces consigo que me resbale, otras le doy más importancia de la que tiene pero al menos ya no me limita.
No quiero 2019 de vuelta, pero si espero recuperar algunas cosas…
Aunque es un año que no repetiría por gusto hay cosas de mí misma que sí echo de menos. Espero recuperar un poco de la energía que tuve en esos meses en los que me dediqué en cuerpo y alma a este blog, quiero volver a sentir esas ganas y ese empuje que me hacen conseguir objetivos y lograr cosas.
Echando la vista atrás me he dado cuenta de que he dejado que la maternidad llenara mucho espacio en mi maleta. Y en este caso «mucho» quiere decir que ocupó huecos que no le correspondían. Tras el despido me centré en este blog y dejé de lado mi yo profesional para llenarlo todo de ser madre. Fue una decisión que no lamento porque me llevó a la comunidad de Madresfera y a conocer a muchas personas geniales pero sin darme cuenta perdí otras cosas que yo también era, además de madre.
Por eso en este 2021 quiero darle un espacio en esa maleta a la literatura, a escribir historias que no estén centradas en las temáticas que trato en este blog. Por eso estoy centrando esfuerzos en mi alter ego literario: Pirra Smith. No sé si llegaré a un punto en el que pueda decir «soy escritora», tampoco sé si llegaré a publicar algo. Pero si quiero tener un lugar en el que no soy madre ni enferma… o al menos que no me siento definida o limitada por ello.
Y es la segunda vez que hablo de límites (lo cual tiene gracia siendo TLP) porque estos años de atrás me he dado cuenta de que me he sentido atrapada. Mi mundo se fue reduciendo sin que me diera cuenta, acabé dentro de una cueva como quien dice… y ahora quiero sentir el exterior.
¿Qué será de Chibimundo en 2021?
En 2019 dije que enfocaría el blog más hacia salud mental y en cierto modo he escrito bastantes posts al respecto pero siento que no he conseguido hacerlo de la manera en que quería.
Me gustaría utilizar mis conocimientos adquiridos en la carrera de psicología para tratar temas que son importantes sin perder de vista que soy paciente.
El problema es que este blog nació siendo de maternidad y a pesar de que son dos temas que pueden estar muy ligados no terminan de encajar. Me cuesta traer contenidos que interesen a los dos grupos de lectores por igual.
Además los artículos sobre TLP (trastorno límite de la personalidad) atraen más atención negativa que positiva y eso influye en mí, me hace daño recibir comentarios así sobre el contenido o directamente críticas a las personas que tenemos esta etiqueta, me han llegado a decir que somos «peores que los animales». Y no quiero ni me lo merezco.
Por otro lado tras la gran pausa en la que estuve sin actualizar desde el 4 de Agosto de 2019 hasta el 28 de Mayo de 2020, unos diez meses, he dado bastantes pasos atrás en cuanto a visitas, seguidores y posicionamiento.
Esto ha dejado de preocuparme en parte: ya no siento que eso signifique que he fallado o que no valgo.
Pero es desmotivador hacer cosas y ver que hay pocas visitas, lecturas o comentarios…
De hecho miré las estadísticas y desde que volví a escribir (finales de Mayo) las visitas mensuales han bajado en vez de subir, lo cual es muy curioso y no sé muy bien qué conclusión sacar de ello. Parece que al blog le iba mejor cuando no escribía ^^’
En cualquier caso la bajada de visitas no es nada nuevo para aquellas personas que tienen un blog, es el pan de cada día. La cosa es que antes tenía un sentido y ahora no lo veo. Quizás mi etapa de generar contenido sobre maternidad ha terminado y deba volcarme en generar contenido de salud mental, transformar este chibimundo.
No lo sé y eso es lo que quiero hacer en 2021: probar cosas para ver a dónde va este Chibimundo.
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