En este artículo no quiero hablar del juicio que hay entre Johnny Depp v Amber Heard así que si has llegado aquí esperando leer sobre uno y otro puedes cerrar la página. Quiero hablar de cómo afecta el caso de Amber Heard y las etiquetas de trastornos psicológicos que se le han puesto, entre ellas la de BPD, Borderline Personality Disorder o más conocido en este blog y en España como Trastorno Límite de la Personalidad.
Durante el tiempo que han pasado de juicio se han hecho muchas elucubraciones sobre si había maltrato y/o violencia y de qué tipo. El pasado 26 de abril se hizo explícito que Amber Heard tenía diagnosticados dos trastornos diferentes:
- Trastorno Límite de la Personalidad.
- Trastorno Histriónico de la Personalidad.
¿Qué significa que tenga este doble diagnóstico?
El trastorno límite de la personalidad tiene múltiples formas de presentarse. Hay síntomas que pueden aparecer y otros no además de grados de gravedad o levedad en que puede presentarse. Esto significa que podrías conocer a dos personas que viven con TLP y ser completamente diferentes.
En el caso de que además de ese diagnóstico tengan otro añadido se junta la comorbilidad de ambas, las interacciones entre criterios diagnósticos, su gravedad y su expresión.
Es decir, que la forma en que se expresan los trastornos diagnosticados en el caso de Amber Heard no tiene por qué ser similar a la experiencia vital de cualquier otra persona con ambos diagnósticos, mucho menos solo con TLP.
¿Por qué afecta el caso de Amber Heard a las personas con TLP?
Por culpa del estigma. No voy a entrar a juzgar el comportamiento de Amber Heard porque desconozco la información del juicio y tampoco me parece que sea suficiente lo que se dice ahí como para conocer la experiencia vital de ella ya que tendrá que exagerar unas cosas y callarse otras en pos de ganarlo.
Pero la sociedad (sobre todo la norteamericana) está siguiendo muy de cerca este juicio y está muy dentro de la dinámica que se ha creado. De alguna manera Johnny Deep se ha quedado con la buena opinión general y ella ha caído en desgracia. De nuevo, no hago un juicio de ellos, sino de cómo ha acogido la sociedad a ambos como personajes dentro de su historia.
Ella es vista como «la mala» y al haberla etiquetado con estos dos trastornos de la personalidad ha abierto la puerta a estigmatizar aún más un trastorno que ya de por sí goza de muy mala opinión por parte de la sociedad.
El caso de Amber Heard pone el TLP en el escenario.
En el momento en el que saltó la liebre el caso de Amber Heard como persona que vive con trastorno límite de la personalidad empezaron los comentarios en redes sociales:
- ¡Sabía que estaba loca!
- ¡Malditos límites!
- Nunca saldría con un límite.
Son cosas que ya había oído o leído antes, no es que las personas que vivimos con TLP seamos precisamente queridas o bien valoradas. En este blog hablo de mi experiencia como TLP y han venido personas a decir que por qué nos pongo «de buenos».
Quiero aclarar que en este blog yo hablo de mi propia y única experiencia como persona que vive con TLP. Mis características y mis circunstancias personales son unas y pueden no ser las de otras personas que convivan con el trastorno. Yo soy muy consciente la mayor parte del tiempo de mi problema y lucho con todas mis fuerzas contra mis comportamientos desadaptativos pero la conciencia de problema es lo primero que hay que trabajar y lo más difícil.
Se ha unido de nuevo la etiqueta de persona que vive con TLP a la mala de la película. Da igual que Johnny Deep haya tenido también comportamientos cuestionables. Da igual que haya pruebas de que también tiene algún tipo de trastorno como abuso de sustancias. El caso es que la «mala» es Amber Heard y es la que vive con TLP.
Las personas que vivimos con TLP, escondiéndonos de nuevo.
El caso de Amber Heard ha supuesto un varapalo para quienes vivimos con TLP que hemos visto como ponen a caldo a «alguien como nosotros». Volver a leer el discurso de la mujer loca y violenta unido a la etiqueta que compartimos duele porque lo hacemos propio.
Supongo que soy una mujer loca, porque estoy diagnosticada con un trastorno mental, hasta el punto de que me han dado la discapacidad. Pero no me considero una persona violenta.
He dicho una y mil veces, y lo repetiré las que hagan falta, que las personas diagnosticadas con algún tipo de trastorno mental no suelen ser heteroagresivas (agresivas con las personas del entorno) sino que suelen demostrar esa agresividad consigo mismas en forma de abuso de sustancias, comportamientos autolíticos o desadaptativos.
Espacio seguro para las personas que viven con TLP.
Este blog trata de ser un espacio seguro para las personas que buscan información sobre el trastorno límite de la personalidad sin caer en el estigma. Trato de buscar información relevante que no sea estigmatizante y basarme en estudios científicos para poder compartir datos.
Ojalá que el caso de Amber Heard sea una oportunidad para las personas neurotípicas de acercarse al TLP con mirada crítica y sin estigma.
Deja una respuesta