Loki cumplió un año hace 2 semanas. Quizás debería haber publicado esto por su cumpleaños, porque hablo del año que hemos pasado juntos. A veces hago cosas a destiempo, descompasada.
Pero es que no llevamos un año juntos, llevamos más. Todo el embarazo lo hemos pasado juntos. Conociéndonos y adaptándonos uno al otro. Yo le contaba cosas de como era el mundo «allá fuera» de mi tripa. Y le preguntaba cómo eran las cosas ahí dentro.
Nunca me contestó, pero pienso que debía estar muy a gusto allí porque se pasó más tiempo del estipulado.
Entonces salió, y empezó a contar ese «año fuera de mi».
Ha sido un año lleno de cambios que me han pillado a paso cambiado. Cosas que esperaba pero no esperaba de esa forma. Cosas que no me esperaba. Sorpresas. Uniones. Roturas. Decepciones.
Yo con mis hormonas revueltas descubriendo un montón de cosas de mi misma que hasta ahora no conocía. Unas no existían hasta que llegó Loki, otras estaban escondidas, algunas no las quería ver pero siempre estuvieron ahí.
He vivido un miedo que se ha apoderado de mi ser, que se sobreponía a cualquier otro sentimiento, me ahogaba y me hacía gritar. Me dejaba sin aire, con la boca abierta, intentando respirar sin saber si encontraría oxígeno a mi alrededor.
He vivido un amor que no me cabe dentro, que ha ido creciendo y creciendo sin hacerse notar hasta que ha explotado dentro de mi. Me ha envuelto como un abrazo suave y cálido. Llenando de luz rincones que no conocía o que creía conocer.
La sorpresa de conocer a MI bebé.
Mis amigos habían tenido hijos antes de llegar Loki. Cuando yo estaba en plena búsqueda de embarazo llegaron unos cuantos de gente muy cercana. Bebés con los que se lleva un año. Dos compañeras de trabajo también embarazadas, seguía su evolución de cerca. Nada me pudo preparar para la sorpresa que sería conocer a Loki.
Cuando me lo pusieron encima no hacía más que temblar y lo miraba pensando «es mi bebé» pero sin creerlo ni reconocerlo. Lo miraba fijamente para que no se fuera, para asegurarme que seguía allí, que era real.
El momento en que se puso a buscar el pezón como un ratoncito y finalmente se enganchó y empezó a mamar fue lo más mágico que me ha ocurrido en la vida. Hubo una conexión que no había tenido con nadie antes. Una tranquilidad de saber que podría alimentarlo, porque él sabía alimentarse. Él me reconocía como suya y yo, por fin, a él como mío.
Las primeras horas no paraba de observarle. La novedad, pensé. Han pasado meses y me descubro mirándole… mientras juega, cuando está en la bañera y sobretodo mientras duerme. Sigo sin poder creer que sea mío, que yo sea suya, que sea real.
Poco a poco, con cada día, cada semana y cada mes que ha ido pasando he conocido más de Loki, de mi como mamá, de Natsu como papá. De mis padres como abuelos. De la realidad, la vida, lo que pensaba que sería y lo que es.
He tomado la decisión contraria a cosas que siempre había creído, he insistido con cosas que antes me parecían nimias, he pasado un año dando el pecho… yo que pensaba «probar» unas semanas y luego ya se verá.
Un año en mis brazos, un año de tu vida, un año de mi nueva vida.
La primera mirada, la primera sonrisa, el primer balbuceo quedan lejanos ya… el primer currusco de pan, la cara llena de puré, guardar ropa en la que no sé cómo pudo caber alguna vez… los primeros pasos, tropiezos, y gestos.
Todo parece que ocurrió ayer y hace años.
Cuando Loki duerme a veces me pongo a ver fotos y vídeos de meses atrás, como si quisiera que esas sensaciones no se alejaran, mantenerlas en mi memoria y en mi corazón. A veces incluso lloro al pensar que jamás podré volver atrás y que todo lo vivido ya ha pasado con una nostalgia del presente que si me hubieran explicado no habría entendido.
He tenido en brazos a Loki todo lo que he querido. Lo he abrazado, dormido a la teta, encima de mi, juntos en el sofá o en la cama. El tiempo hablará si todo esto ha sido para mal cuando me queje de que no se duerme solo. Pero quería disfrutarlo, necesitaba su contacto. Quizás he sido egoísta. Puede que haya sido simplemente una mamá.
Un año, 12 meses 12 hitos
Echando la vista atrás e intentando hacer memoria para hacer un balance recuperando los eventos más importante de este último año… acontecimientos, etapas, decisiones…
- El parto, que no fue como quería ni como esperaba.
- La lactancia, que me salvó en los momentos más oscuros del postparto.
- La baja maternal, que ni son vacaciones, ni es suficiente.
- El despido, que veía venir y a la vez me pilló por sorpresa.
- Las primeras navidades con Loki.
- Pasar el herpes zóster de adulta, habiendo tenido la varicela, mientras daba pecho.
- Crear este Chibimundo con sus .
- Conocer Buenos días Madresfera, y su tribu.
- Preparar e ir de viaje con Loki a Japón.
- Sobrevivir a la movilidad de Loki del gateo a los pasos.
- La búsqueda y el inicio en la guarde.
- Redefinir junto a Natsu la pareja que somos… ahora que somos un trío.
De algunas cosas ya he hablado, y me ha servido para sanar algunas heridas. Otras las tengo en borrador, a medias. Algunas no sé si llegaré a contarlas por miedo, por vergüenza…
Ay cómo me ha gustado este post. De verdad. Es que muchas cosas de las que dices las sentimos todas… Pero a la vez sé que explicas tu situación única e irrepetible. Es mágico, no hay más. Felicidades a los tres por ese año siendo un trío!
Cada una vivimos nuestra experiencia particular que muchas podemos comprender, dentro de nada le toca a Sofía <3