Mi estado de ánimo ha sido agitado y removido en los últimos meses debido a la medicación. En ese vaivén he estado saltando entre dos polos de la misma dimensión: la manía y la depresión.
Si bien he hablado largo y tendido sobre la depresión tanto en podcasts como por aquí en el blog creo que le he dado poca importancia a la manía.
¿Como vivo yo la manía?
Cuando no tengo depresión soy una persona muy activa. Me gusta aprender y estudiar cosas nuevas. Crear contenidos en todas sus posibles formas. Generar ideas a borbotones. Imaginar miles de futuros y sus detalles.
Cuando estoy en manía ese tipo de cosas se acentúan muchísimo. No necesito dormir, ni quiero hacerlo porque pierdo tiempo para hacer otras cosas. A veces no quiero comer tampoco para no quitarme tiempo. O por el contrario decido convertirme en una cocinillas y compro ingredientes raros para probar recetas imposibles que jamas he probado.
Veo una mancha o algo con polvo y tengo que limpiarlo, da igual la hora que sea… y si eso se convierte en una limpieza a fondo de repente da igual, más cosas limpias.
Puedo estar escribiendo 3 posts a la vez. Uno abierto en cada pestaña porque mis pensamientos saltan de una idea a otra y apenas puedo seguirlos. Inicio proyectos de forma repentina, sin pensar si podré mantenerlos a largo plazo. Si me consumirán demasiado tiempo o dinero…
¿Como es vivir entre la manía y la depresión?
Lo mas duro es cuando la balanza se desequilibra y cae de repente a la desmotivación absoluta. Paso de sentirme creadora a estar completamente blanco. Como si ni siquiera fuera capaz de recordar cuales son los siguientes pasos que tocaba dar en cada proyecto recién iniciado.
Muchas veces durante la manía me he comprometido con otras personas a unos resultados y de ahí viene la presión y la culpa. La persona segura de sí misma y sus habilidades deja paso a alguien incapaz de creer en lo que vale.
Es difícil volver hacia atrás buscando un equilibrio entre ambas posturas.
¿Puedes decidir en que estado estás?
Esa es la «gracia» del vaivén emocional. No puedes controlar cuándo vas a estar en cada fase ni por cuánto tiempo. Tampoco sabrás si va a ser una manía leve o intensa hasta que te encuentres cara a cara con las conductas maníacas.
Lo que si puedes hacer es aprender a identificar en que situación estas. Discernir entre las conductas que vienen de la manía y no de ti o tus necesidades.
Una vez eres capaz de identificarlas es mas fácil volver a una línea base que hayas decidido poner.
Para mi controlar la manía no tiene tanta dificultad cuando sé que estoy en ella como controlar la depresión que me afecta mas anímicamente.
La mania y la depresión no son dos caras opuestas.
Es más como una balanza en la que vamos poniendo un poquito de alegría o tristeza en el lado correspondiente.
Podemos estar en equilibrio, lo cual es complicado. Tener un poquito de mas en uno de los platos pero no lo suficiente como para vencer la balanza hacia ese lado.
O puede pasar que uno de los lados se llene de repente y todo quede desbalanceado hacia la manía o la depresión.
Esto es mas típico de las personas con un trastorno bipolar pero la medicación para la depresión puede acentuar estos síntomas y por eso es mejor estar atentos y conocerlos.
¿Conocías la manía?
NeurasDeMadre dice
Que bien lo cuentas Lucy, me encanta como te expresas. Adelante siempre!
Un abrazo
Lucy Chibimundo dice
Viniendo de ti es un pedazo de cumplido, muchas gracias 😀