Esta vez una bufanda es el objeto cotidiano que me ha hecho darme cuenta de algo.
Una metáfora consiste en trasladar el sentido exacto de algo a otro figurado, para hacer una comparación. Yo soy muy dada a las metáforas, tanto en la vida 2.0 como en la vida real… no sé por qué, siempre me ha gustado explicar las cosas de esta manera.
A finales del verano os hablé de la metáfora de la maleta, cuando me di cuenta de que no me estaba dejando espacio a mi misma. Gustó tanto que incluso salió en la revista MaMa de Septiembre.
No prometo que esta metáfora sea tan genial, ni que os guste tanto. De todas maneras quiero compartirla por si alguien más se ve reflejada en ella.
Al frío pañuelo o bufanda.
Cuando llega el otoño bajan las temperaturas y nos abrigamos, para protegernos del frío. No es que el frío sea malo de por sí, es necesario para el balance del planeta y hay mucha gente que disfruta de ello. Otros, lo odian.
Yo me he dado cuenta de que hacía frío de repente. Ha sido como si no me hubiera dado cuenta de las fechas que son y que ya venía tocando el fresquito. A parte de sacar la ropa del armario y descubrir que necesito algo de ropa abrigada he sacado también mis pañuelos y bufandas. Soy ese tipo de mujer, que suele ir siempre con un pañuelo al cuello. Me quedo totalmente sin voz al menos una vez cada invierno, así que intento mitigar el efecto frío con estos accesorios.
¿Qué es el frío?
Soy una persona algo sensible al frío. En invierno me suelo tapar la boca al salir de un ambiente caliente a otro fresco porque si no lo hago así me dan ataques de tos. Esa tos seca es la que me irrita la garganta y me hace quedarme sin voz.
Así que la bufanda es mi protección.
A la vez me encantan los meses de frío, me gusta abrigarme, poner la calefacción, tomar cosas calentitas. Incluso pasear por la calle y soltar el aliento para ver como se forma el vaho. Así de simples son mis pequeñas alegrías.
Para llevar a Loki a la guarde, le puse su gorro y abrigo, y yo me puse mi abrigo y mi bufanda. Por la mañana de repente hace mucho fresco. Y entonces nos metimos en el coche… pero no me la quité porque pensé que para un rato, no merecía la pena. Pero en el coche hace calor, y me empecé a agobiar. Intenté quitármela, pero solo conseguí apretarla más.
Dentro del coche, sin frío no me servía de nada.
Pensé que tendría que habérmela quitado. Y entonces es cuando mi mente unió conceptos de forma extraña y la bufanda se convirtió en otra cosa. Se convirtió en la culpa.
La metáfora de la bufanda.
Para protegerme de la culpa muchas veces utilizo diferentes estrategias, me pongo distintas capas o escudos. Uno de ellos, la bufanda. Me la puse para no sentir el frío en un principio y luego fui apretando poco a poco hasta darme cuenta de que en vez de protegerme del frío me estaba ahogando.
En ocasiones intento protegerme de la culpa y lo que pasa es que se me acumula en la garganta y me cuesta respirar. Por que llevo la bufanda muy apretada, y no puedo respirar.
Culparme por cosas cada vez más pequeñas milímetro a milímetro te quitas oxígeno. Se va acumulando poco a poco, sin casi darte cuenta. Entonces es cuando quieres respirar y te cuesta, porque la bufanda se a ido apretando más y más.
Necesito ese oxígeno para respirar, para para hacer cosas, para cuidar de mi bebé, para cuidar de mí misma, para vivir.
Lo necesito porque es lo que me hace seguir moviéndome. Unos días pudo tener más energía y otros días menos pero sin ese aire no puedo hacer nada.
¿Puedo aflojar la bufanda?
La culpa no es necesariamente mala. Es una herramienta adaptativa, nos permite sentir desagrado cuando hacemos daño a alguien o hacemos algo fuera de nuestros valores. La culpa, nos permite ser buenas personas y nos ayuda a sentir empatía.
El problema viene cuando la culpa es excesiva o desmesurada. Que suele pasar mucho en la maternidad. A veces la utilizamos como forma de castigarnos. Y en esas ocasiones, solo estamos apretando la bufanda de más.
Puedes cambiar la culpa por otra cosa. No es lo mismo ser culpable que ser responsable de algo.
Cuando eres responsable tienes capacidad de acción cuando eres culpable realmente estás mirando hacia un pasado sobre el cual no tienes capacidad de acción porque ya ha ocurrido.
Si te haces responsable de algo, lo asumes y después puedes preguntarte:
¿Ahora qué es lo que quiero hacer?
- Hay muchas formas de aflojar la bufanda, mi forma favorita es preguntar:
- ¿De donde viene este sentimiento? Cuando la culpa no es algo definido, si no más bien un malestar que no terminas de dar forma. Analizar que ha pasado últimamente que pueda estar generando esa sensación.
- ¿Quieres hablar de ello? Si tiene relación con otra persona, quizás hay algo que quieras decir o explicar. O a lo mejor buscar otro punto de vista que te ayude a ver la situación desde fuera.
- ¿Necesitas pedir perdón? Además de decir que te sientes culpable, puedes querer reparar lo que sea de forma verbal, pidiendo perdón o disculpas.
Con la respuesta a estas preguntas tienes acciones para llevar a cabo. Poco a poco, con cada acción puedes ir aflojando la bufanda, que deje de picar y respirar un poquito mejor. Tener más oxígeno para seguir para adelante.
Porque el camino de la maternidad es muy largo
como para hacerlo o aguantando la respiración ¿no crees?
Zora Groothuis Arroyo dice
Precioso Lucy! Me encantan tus metáforas, como escribes y como hablas de temas que son complejos y de los que se debería hablar más!
La culpa en la maternidad supongo que en gran parte será un mecanismo de defensa de nuestra evolución como especie… pero es muy puñetera si.
Un abrazo!
Lucy Chibimundo dice
La culpa en la maternidad creo que es, en mayor parte, por presion y expectativas por encima de la realidad… tanto por parte de la sociedad como nosotras mismas…
Madre Superada dice
La culpa, para mí, siempre ha sido como una losa pesada…que te cae encima… y si te descuidas, te aplasta.
A veces puedes levantar la losa, pues pesa poco o tu te sientes fuerte, y la apartas para poder mirarla mientras la dejas junto a ti. Otras veces, pesa tanto…que has de pedir ayuda para quitártela de encima.
A veces te la quitas… y le arrojas la losa al ser querido más próximo… como si fuera un arma.
Sea bufanda o losa… la culpa tiene peligro!
Como ves… me encantan las metáforas ?
Lucy Chibimundo dice
Veo esa losa y me parece también muy acertada <3
Nueve meses y un día después dice
Estupenda metáfora. La culpa es mala compañera. Mejor es la resposabilización, como tú también comentas. Yo, procuro no vivir con culpa pero, a veces… Desde luego como madre no me suelo sentir muy culpable, la verdad jajaja. Pero en otros momentos o situaciones sí me ha pasado.
Lucy Chibimundo dice
Pues me alegro mogollón! Yo tiendo a sentirme culpable con la mínima… pero esto trabajando en ello, que todo se puede mejorar 🙂
martarivasrius dice
Maravillosa. De veras. Vas directa a lo mejor de esta semana… Gracias!
Lucy Chibimundo dice
¿No me digas? Gracias a ti preciosa <3
Cuestion de madres dice
Me ha encantado tu metáfora de la bufanda. Nunca me había parado a pensar en ello pero creo que has dado en el clavo
Lucy Chibimundo dice
Muchas gracias. Esos objetos cotidianos que a veces parece que nos hablan para darnos un mensaje importante jeje…
Mi vida en un suspiro dice
Me ha encantado, la culpa me acompañó durante un tiempo. Al final me la sacidí de encima, no podía estar todo el tiempo cuestionandome. Ahora estoy más relajada, intento dejarme llevar y así ser un poquito más feliz.
Saludos!
Lucy Chibimundo dice
La culpa es mejor sacudirsela, tienes razon 🙂
Annabel dice
Ay Lucy, que bien te explicas… Es cierto que la culpa no es siempre mala, que nos ayuda a mejorar comportamientos, quizá a aprender a no apretarnos tanto la bufanda la próxima vez. Sabes que tiendo a hacer yo a veces con mi bufanda? Se la pongo a mi pareja y soy idiota porque luego me siento fatal! Pero he cargado con muchas bufandas ajenas y supongo que me han enseñado a eso. Ay, cuánto por reflexionar en la maternidad, cuánto por aprender!
Lucy Chibimundo dice
También le colgamos la bufanda a otros a la mínima, eso es verdad jajaja…
Sra Díaz dice
A veces nos protegemos tanto que podemos asfixiarnos, es cierto. Pero es muy difícil darse cuenta, o al menos a mi me lo parece, de que ha llegado el momento de soltar para respirar… yo intento soltar todo pronto, cuanto menos tiempo tenga la culpa en la cabeza, mejor.
Lucy Chibimundo dice
¿Quizás hay que acostumbrarse a darse un tiempo cada día para soltar hasta que se aun hábito?
Vero de La Opinión de Mamá dice
Me requetencanta el post!!!
Un besito enorme preciosa!!!!
Lucy Chibimundo dice
Gracias, me alegro 🙂
Papá Gades Blog dice
Te aplaudo! Es un post fantástico y escrito con mucho gusto, además de que tienes toda la razón. Como bien dices la culpa no siempre es mala, pero como todo en la vida, exceso se puede convertir en algo abrumador. Ya no veré las bufandas con los mismos ojos después de este post jeje. Saludos!
Lucy Chibimundo dice
Este invierno cuando las mires verás otra cosa si jajaja!
Mamá y la Tribu dice
¡Hola, guapa!
Me ha gustado tu metáfora de la bufanda. Todas en algún momento necesitamos protegernos de las emociones disfóricas, es un mecanismo de protección mental. La culpa es una de ellas y puede ser muy negativa. Afortunadamente mantengo la culpa bastante bajo control, no suelo fustigarme por mis equivocaciones o mis errores. Al contrario, trato de aprender de ellos y si tengo que pedir disculpas lo hago y sigo adelante con mi vida. Un abrazo.
Lucy Chibimundo dice
Esa es la forma buena y sana de lidiar con la culpa creo yo, pero hay que aprender 🙂
Urban&Mom dice
Aflójala. Necesitamos quitarnos ataduras y respirar un poco. A veces es difícil pero tenemos que proponernoslo.
Lucy Chibimundo dice
Toda la razón!
Esther Garcés dice
La culpa la llevamos todas las madres en ls mochila como una losa que no nos deja caminar como deberiamos.
La culpa es una herramienta del patriarcado que usa para someter a las mujeres.
Quitarnosla es esencisl para liberarnos y poder ser nosotras mismas y así darles a nuestros hijos lo que se merecen.
Gracias por compartir
Lucy Chibimundo dice
La culpa es una herramienta que usan muchas instituciones sociales para conseguir algo, y creo que las mujeres somos muy susceptibles a ella porque históricamente nos han puesto en el objetivo una y otra vez..
30 y... y mamá dice
Maravilloso post, estupenda metáfora y mejor aún tu explicación a esta metáfora ?? escribes tan bonito, tan bien y con tanto sentimiento que he empatizado tanto que ahora mismo me ahoga la bufanda, o lo que es lo mismo la culpa por pequeñas cositas de un milímetros que van sumando ??
Lucy Chibimundo dice
Ay espero que hayas conseguido desabrigarte un poco y que te ahogue menos esa bufanda, que para el frío bien, pero nada mas :*
Marc dice
buen post pero mi situacion es extremadamente muy diferente a lo que se suele interpretar, cada que hago una bufanda para mi pareja, la relacion termina literalmente, no hay ninguna metafora creo que esa seria una maldicion que tengo…
Lucy Chibimundo dice
Yo no creo en maldiciones 🙂
Maria luisa Rubio Molera dice
Gracias Lucy,
Yo reflexionó actualmente acerca de esas señales que pasamos desapercibidas y pregunto a mi intuición,
Me gusta ver qué hay personas. La que nos da por qüestionar que nos pasa y logramos con la intención desgranar nuestras opciones y sentimientos, es decir, desvelando así nuestro mundo interior.
Te creo , gracias por compartir y ayudar a reconocer todas esos fenómenos en mí.
Lucy Chibimundo dice
Me alegra mucho que el post te haya hecho pensar y llegar a conclusiones para ti 🙂