El inicio del nacimiento de Loki fue tan largo que para contarlo he decidido dividirlo en dos partes. Ahora quiero contar como fue todo una vez ingresamos en el hospital.
Tras 9 días mal durmiendo y con contracciones el domingo por la mañana terminé con un ataque de ansiedad y un intenso dolor de cabeza. El dolor de las contracciones se me hacía a veces insoportable, hablé con Natsu y decidimos ir a urgencias.
En el hospital: 12 horas de observación.
En urgencias nos pasaron a monitores, y le pedí a la enfermera que por favor nos dejara quedarnos allí. No sé que vería pero puso en el informe que tenía la bolsa fisurada como motivo del ingreso aunque la bolsa estaba intacta. Yo se lo agradecí enormemente pensando que una vez ingresada me darían algo para el dolor.
Nos subieron a la habitación a las 9 de la mañana y dijeron que estaría en observación durante 12 horas. Durante ese tiempo mandé a Natsu un par de veces al control de enfermería para pedir algo para el dolor, pero nadie me dio nada. En las habitaciones tampoco tenían pelota de pilates o cosas similares para hacer el rato más llevadero. Me dijeron que intentara dormir.
No podía dormir más de 10 minutos sin despertarme por el dolor de las contracciones. Y no me daban nada para las contracciones «había que pasarlas». Pasaba ratos en la ducha con el agua caliente pero me daba cargo de conciencia estar gastando.
De la habitación al paritorio.
A las 10 de la noche bajamos al paritorio y me pusieron monitores durante casi 2 horas. En el hospital se supone que tenían monitorización inalámbrica pero se les habían acabado las correas y me ataron el monitor con una venda. Loki siempre ha pateado los sensores de los monitores y con la venda no se tenía así que tuve que estar sentada sin moverme porque se me caía.
Dieron las 12, se hizo lunes y me hicieron un tacto. Tenía el cuello borrado pero solo había dilatado 4 centímetros. Las matronas me dijeron que podíamos romper la bolsa para acelerar la dilatación. Estaba tan agotada y dolorida que solo quería que todo terminase así que pensamos que acelerar el tema era una buena opción.
Tras romper la bolsa fui al baño y volví para tumbarme en la cama. Ya no me levantaría de allí.
Pedí de nuevo algo para el dolor. En el hospital ofrecían la posibilidad de utilizar el gas de la risa (oxido nitroso) para pasar las contracciones. Fue uno de los motivos para elegir este hospital para el nacimiento de Loki y yo lo había pedido en mi Plan de Parto así que decidí probarlo.
Este gas es lo que había necesitado cuando pedí algo durante las 12 horas de observación, así habría pasado el dolor más tranquilamente. Con la rotura de la bolsa las contracciones se hicieron mucho más intensas, más seguidas y más largas. El gas lo único que consiguió fue desinhibirme y empecé a gritar de dolor durante las contracciones. Hasta el momento no lo había hecho por vergüenza, así soy. También me sentía bastante mareada, como si todo me diera vueltas, pero el dolor seguía ahí.
Entonces pedí la epidural.
Para poner la epidural es necesario adoptar una postura concreta. La anestesista tardó un buen rato en ponérmela. Tenía que esperar a que no estuviera durante una contracción y al estar en tensionada por los dolores me fue muy difícil poner buena postura. Por fin, a las 2:45 de la mañana tenía la epidural puesta y el dolor de las contracciones desapareció.
Cuando volví a tumbarme en la cama, pusieron de nuevo los monitores para vigilar a Loki, pero habíamos perdido el latido.
Empezó el drama. Estaba siendo tan complicado encontrar el latido con los monitores que había usado hasta ahora que al final me pusieron un monitor interno. Se trata de un «pinchito» que ponen al bebé en la cabeza para tener controlado el latido.
Las contracciones eran cada vez más seguidas y mas intensas aunque yo no las notaba por la epidural. Cada vez que tenía una a Loki le costaba más recuperar el latido. Me tumbaron de espaldas al monitor para que no viera los números pero cada vez que Loki entraba en bradicardia el monitor pitaba. Yo me ponía cada vez más nerviosa y mi pulso no hacía más que dispararse de los nervios.
A día de hoy tengo el recuerdo del sonido de mi latido y el pitido del monitor grabado en mi memoria.
Avisaron al ginecólogo y dijo que podíamos esperar un poco poniéndome un calmante. Intentaban que al calmarme se redujeran las contracciones y hubiera menos estrés fetal. Antes de que trajeran el calmante el latido de Loki había bajado tanto que dijeron de hacer una cesárea de urgencia…
Del paritorio al quirófano.
De repente todo el mundo empezó a correr. En una cesárea normal podría haber estado Natsu conmigo pero al tratarse de urgencia no había tiempo para que se vistiera y todo el rollo. Así que lo dejamos solo en el paritorio y salimos corriendo. Íbamos tan deprisa que una de las matronas perdió un zapato en el camino al quirófano porque la atropellaron con mi cama.
Como justo me habían puesto la epidural tuve la suerte de no necesitar anestesia general. Que como todo tiene dos partes:
- La parte BUENA: al estar despierta cuando salió Loki pudieron ponérmelo al pecho e hicimos piel con piel desde el quirófano. Lo pude conocer la primera y abrazarlo sin tener que esperar ni perderme EL MOMENTO.
- La parte MALA: al estar despierta me enteré de todo. Con la anestesia epidural más otra que me pusieron para la operación no sentí dolor, pero si muchas otras sensaciones. Y no fueron agradables.
Al principio de la operación veía reflejada mi tripa en la lámpara y pedí que me taparan la visión. Me gusta pensar que soy valiente, pero pensé que era innecesario ver una cesárea en directo. Si eso ya me pongo un capítulo de Anatomía de Grey.
Aunque me hubiera gustado tener a Natsu allí, los profesionales fueron muy amables y estuvieron pendientes de mi. Incluso hubo un momento en el que la sensación fue muy desagradable, creo que fue al sacar a Loki, y dije ¡Ahhhhhhhhhh! y todos apartaron las manos de mi y se quedaron quietos. El anestesista me preguntó si sentía dolor, le dije que no que había sido una sensación desagradable, pero nada de dolor, comprobó que seguía sin sensación por la zona y volvieron al trabajo.
Piel con piel en el quirófano.
Cuando sacaron a Loki lo vi «volar» a una incubadora que tenía a mi izquierda. Lloró un par de veces y lo vi mover las manos. Debieron hacer un par de comprobaciones porque no paso casi tiempo hasta que me lo pusieron encima piel con piel. Yo no paraba de temblar por la medicación y no podía abrazarlo. La matrona me dijo que no me preocupara que ella lo sujetaría para mi hasta volver a la habitación.
En el rato que me lo pusieron encima y terminaron de «cerrarme» se enganchó a mi pecho y empezó a mamar. Se quedó sobre mi en todo momento hasta que llegamos a la habitación, que se lo dieron a Natsu mientras me movían a la cama. Todo este tiempo la matrona lo estuvo sujetando sobre mi, que entre los temblores y la vía no me apañaba.
Quizás no fue el trabajo más difícil que ha hecho y quizás cualquiera «no-matrona» podría haberlo hecho, pero sé que no es habitual. Y lo valoro muchísimo, porque la lactancia de Loki la sigo disfrutando a día de hoy con casi 11 meses. Siempre dicen que la lactancia materna tras una cesárea es muy difícil y creo que gracias a este piel con piel temprana se salvó la nuestra.
De 0 a 100 en hora y media.
Había pasado 5 días con contracciones lateralizadas, intensas pero llevaderas. Otros 2 días con contracciones cada vez más seguidas, pero con un dolor soportable. Tras la maniobra de Hamilton no consentida, pasé casi 3 días con contracciones muy intensas y largas… Un total de 10 días mal durmiendo y con contracciones.
Se me había hecho muy largo el camino del parto, sobre todo por lo cansada que llegué al paritorio por el dolor y la falta de sueño acumulado. Y desde que la matrona rompió la bolsa y pedí la epidural (2:00) hasta que me la pusieron (3:00) y tuve a Loki en mis brazos (3:35) pasó apenas hora y media.
A las 4 de la mañana estábamos de vuelta en el paritorio Loki y yo. La cesárea duró una media hora que si le preguntáis a Natsu fue la más larga de toda su vida.
Nos dejaron pasar el postoperatorio en el paritorio. Estuvimos los 3 con luz tenue y apenas nada de ruido durante 5 horas. Era lo que había pedido para mi parto, pero como no pudo ser lo respetaron durante el postparto inmediato.
Aunque mi experiencia de parto fue agridulce, creo que fue la mejor posible en mis circunstancias y fue gracias al personal y al hospital. Pero de mi experiencia con el trato del hospital hablaré en otra ocasión.
Nueve meses y un día después dice
Ay, que me he emocionado y todo. Desde luego MARAVILLOSA esa matrona que sujetó a Loki. La verdad es que aunque las cosas no salieron del todo como querrías, lo de poder hacer piel con piel y pasar el post juntos y tranquilos los 3 creo que es una suerte ya que pese a ser lo ideal me parece que aún no es lo habitual.
Lucy Chibimundo dice
Sé que tuve mucha suerte, la mayoría de las mamás con cesárea no tienen este desenlace feliz y yo creo que siempre que no haya problemas de salud para madre o bebé no supone más trabajo ni problemas para los profesionales. Ojala se siga repitiendo…
A la matrona le llevé un regalito cuando nos fuimos del hospital ya para casa, para mi esa mujer es lo mejor que me pudo pasar en mi parto.
Laura dice
Jope mira que me sigue poniendo los pelos como escarpias! Tenía que haberte abrazado más fuerte en el hospital, te la debo…ole por esa matrona desde luego!
Lucy Chibimundo dice
No en el hospital no, que estaba paranoica con que se me abriría la cicatriz con cualquier movimiento. Pero te acepto amor ahora así en diferido jajaja!
La loca del Pelo Gris dice
La historia de tu cesarea es muy parecida a la mia, muchas de las sensaciones que describes las recuerdo exactamente igual. Solo hay un detalle importante en que varia. Aunque siempre estuve junto a LittleOne tardaron «bastante» en sugerir un piel con piel. Mi estado de shock era tal que yo ni pude sugerirlo y seguramente no me vieron en buen estado hasta ese momento para ponérmelo encima. La verdad creo que tarde unas horas en reaccionar después de la operación porque tengo lagunas mentales. Si eso fue relevante o no en el fracaso de mi lactancia materna nunca lo sabre. No culpo a las enfermeras en absoluto. Repetiría un parto con ellas sin dudar
Lucy Chibimundo dice
Es que un parto es una experiencia vital MUY INTENSA, no puedes quedar indiferente, y si tu experiencia es similar a la mía, yo pasé horas, días y MESES con la angustia y el miedo en el cuerpo a que le ocurriera algo a Loki.
Tuve la suerte de que la lactancia fue fácil. Podría haber tenido la suerte contraria.
Espero que sanes las heridas de tu cesárea <3
Mamá Lanuguita dice
Ay, siempre que leo experiencias de parto me emociono. Debe ser muy duro vivir la experiencia de una cesárea de urgencia e iniciar tras algo así la lactancia y vivir el puñetero posparto. Un abrazo.
Lucy Chibimundo dice
Fue duro pero tuve mucha suerte y la lactancia fue bastante fácil… una por otra 😀
Ana dice
Mi experiencia en Torrejón no fue buena. He llegado aquí por que me sentía mal ya que cuando lo digo todo el mundo me dice «pero si es el mejor para dar a luz». A mi no me informaban de nada, el monitor no funcionaba bien, no me ayudaron en ningún momento durante las contracciones, no me ofrecieron nada ni pelota, ni gas, ni me movieron… Bueno, que aunque mal de muchos consuelo de tontos me ha dado calma leerte. Te mando un beso fuerte
Lucy Chibimundo dice
Supongo que es más cosa de los profesionales que te toquen en ese momento que de las instalaciones en sí. Aunque mi parto pudo ir mejor la verdad es que me sentí bastante bien y acompañada en todo momento. Tienen sus áreas de mejora, pero como todos. Yo repetiría hospital.