La semana pasada hablé del abuso verbal silencioso y las muchas formas en las que podemos estar haciendo daño a otras personas sin levantar la voz. Hoy quiero compensar un poco con información útil para detectar cuándo estamos siendo objeto de este tipo de conductas y frenarlo.
El abuso verbal es una forma de herir a los demás, usando las palabras o el silencio como arma. A diferencia del abuso físico, no deja huesos rotos, ojos morados o cicatrices. Aún así, puede ser igual de perturbador desde el punto de vista emocional y provocar problemas de salud mental como la ansiedad o depresión.
La forma más segura de acabar con el abuso verbal permanentemente es alejarse de la persona que está teniendo esos comportamientos.
Para ello es necesario estar en condiciones de reconocer que lo que está ocurriendo es una forma de abuso. Una vez que identificado el problema hay muchos factores externos que pueden dificultar alejarse de la persona como cuestiones financieras, niños pequeños, un lugar de trabajo común… o quizás simplemente la persona víctima de esta situación no siente que esté preparada emocionalmente.
Si alejarse, por la razón que sea, no es posible, entonces es importante tratar de minimizar los efectos perjudiciales del abuso.
A continuación comento cuatro cosas que se pueden hacer para tratar de mantener la salud mental hasta que llegue el momento en que se pueda cortar la relación con esa persona.
1. Reconocer el abuso:
Mientras que una agresión física es visualmente reconocible una agresión verbal puede tomar formas en las que es difícil reconocerla.
Las más fácilmente identificables incluyen insultos (utilizando o no palabras soeces) y arrebatos en los que se puede llegar a ira extrema (gritos). Pero puede tomar formas muy sutiles, como comentaba la semana pasada hablando del abuso verbal silencioso.
Dentro de las que no son tan fáciles de reconocer pero no serían silenciosas podemos encontrar la burla, el menosprecio, la ridiculización, la evasión de preguntas, el sarcasmo, la confusión, las críticas…
En cualquier caso las palabras, o la falta de ellas, se utilizan para controlar o manipular a la otra persona de una manera que la perjudica emocionalmente.
Si te cuestionas si estás siendo víctima de un abuso verbal, lo más probable es que sea así. Si las palabras de esta persona (o la falta de ellas) te lastiman constantemente, sientes confusión por los comentarios que hace hay altas probabilidades de que esa relación sea verbalmente abusiva.
En este caso te recomendaría asistir a un profesional de la salud mental que pueda ayudarte a afrontar la situación.
Reconocer en cuanto a ver que algo es un abuso es tan importante como reconocer ante una misma que ha estado viviendo esta situación y no excusar el comportamiento abusivo.
2. Responder contundentemente:
El siguiente paso sería tratar de cambiar la situación. Es posible enfrentar a la persona para hacerla consciente de que es un abusador verbal. Cabe la posibilidad de que el comportamiento esté basado en una ignorancia extrema, y una simple conversación ponga fin al abuso.
Lamentablemente, en la mayoría de los casos, este simple enfoque no funcionará pero merece la pena intentarlo. Quizás se deba a alguna situación puntual que está afectando a la otra persona y lo está volcando en la víctima sin intencionalidad. A veces las personas repiten patrones aprendidos para enfrentar situaciones estresantes.
Si no es algo puntual, sino que se trata de una relación hay un patrón regular de abuso. Normalmente no se puede romper con una conversación. En este caso es mejor llamar la atención a la persona sobre su comportamiento cada vez que ocurra. Tratando de evitar:
- Involucrarse con con el contenido.
- Escuchar o hacer caso al sus palabras.
- Tratar de explicar a la persona que no debe hacer lo que hace.
- Decir a la persona que está equivocada.
Es difícil alejarse de una persona de este tipo pero aún más difícil es razonar con alguien que actúa de esta forma.
¿Si no se puede usar la lógica qué otra cosa se puede hacer?
Algunas opciones posibles cuando se está siendo víctima de abuso verbal son:
- Decir con voz firme que deje de hacer lo que está haciendo, por ejemplo:
- ¡Para!
- ¡Basta!
-
Nombrar el comportamiento sin mencionar el contenido, por ejemplo:
- «Deja de usar etiquetas negativas para definirme».
- «¡Deja de insultar!»
Si no funciona, no te quedes, sal de la habitación.
3. Pasar tiempo lejos de la persona:
En los casos en los que alejarse o separarse permanentemente no es posible es importante buscar maneras de sobrellevar la situación hasta que llegue el momento.
Para proteger la propia salud emocional y física es importante pasar tiempo lejos de la persona que está teniendo comportamientos abusivos. Tanto como sea posible. Puedes encontrar tiempo en estas actividades:
- Sacar al perro a dar un paseo.
- Llevar a los niños al parque.
- Salir con amistades o que vengan de visita (para que actúe como disuasor).
- Hacer recados.
Al final la idea es que el alejamiento sea completo por eso es importante dar pasos en esa dirección como por ejemplo buscar un trabajo, otro diferente al presente en caso de que el abuso se dé en el entorno laboral. De esta forma podrás independizarte de la persona que comete abuso.
4. No mantener el abuso en secreto:
Como este tipo de abuso no deja marcas visibles puede ser difícil para los demás saber que está ocurriendo. Además las personas suelen tener este tipo de comportamientos de puertas hacia adentro y evitan mostrarse así delante de otros. Tienden a ser encantadores y a menudo son individuos muy respetados de los que los demás nunca esperarían este tipo de comportamiento.
Como no hay pruebas visibles del abuso es posible que cueste decírselo a alguien por miedo a que no ser creída. Incluso puede haber cierta inseguridad sobre si lo que está ocurriendo es realmente abuso o no.
Si las dudas son el mayor obstáculo para enfrentar la situación ve a un profesional de la salud mental. Puede que hayas sido víctima de gaslighting y te hayan manipulado. Es más fácil enfrentar un comportamiento abusivo con ayuda de asesoramiento profesional de alguien específicamente entrenado para manejar los abusos verbales y emocionales.
euti dice
Muy buena explicación, y muy interesante para reflexionar sobre nuestros propios actos cuando perdemos los nervios
Lucy Chibimundo dice
Gracias bonico <3
Ainhoa dice
Nuevamente, me ha encantado. De hecho lo he compartido con tu permiso, creo que puede haber gente que no sea consciente de este abuso y pueda replantearlo al leerte.
Lucy Chibimundo dice
Claro que puedes compartir, de hecho te lo agradezco muchísimo.
¡Gracias por leer y comentar!