En el momento en el que empecé a hablar sobre salud mental y maternidad empecé a recibir muchos mensajes de otras madres que estaban pasando por un mal momento. La mayoría de las que llegaban hasta mí me hablaban sobre todo de depresión postparto y de ansiedad.
A pesar de que yo hablo en público de este tema, de hecho lo trato con bastante crudeza en «Elijo el arcoíris«, estas mamás suelen acercarse a mí desde el anonimato y en la intimidad. Normalmente recibo sobre todo mensajes privados en redes sociales y muchos, muchos emails.
Si quieres hablar conmigo, contarme tu historia o simplemente compartir tu experiencia me tienes en , , y por supuesto en: .
La historia de muchas madres
Los motivos por los que os acercáis son muchos y muy variados, desde preguntas por mi experiencia, pasando por petición de consejos llegando hasta la simple necesidad de compartir vuestras vivencias.
Cualquiera que sea el motivo detrás de contactar conmigo hay algo muy común en todas esas madres. Suelen hablarme desde el miedo al juicio, a molestarme y a no encontrar lo que están buscando. Y eso que ellas buscan (y que yo he buscado) no es más que comprensión.
Como dije en su momento en la entrevista que me hicieron en Madresfera cuando publiqué «Elijo el arcoíris«:
No estás sola.
No eres única, ni rara, ni es culpa tuya.
Esa soledad compartida entre madres que estamos sufriendo o hemos sufrido la depresión postparto. El sentimiento de culpa porque no estás compartiendo esa experiencia maravillosa de la maternidad que tiene la gran mayoría de otras madres. Esa percepción de rareza, de no pertenecer a ningún lugar concreto.
Todo eso nos lleva al silencio.
Aquí dejo una lista de motivos por los que las mujeres no hablamos de la depresión postparto. Si crees que me he dejado alguna en el tintero puedes dejarla en un comentario para que la añada 🙂
- Estás en negación.
- No sabes que tienes depresión postparto.
- No estás segura al 100% de que eso sea lo que te pasa.
- Crees que lo que te pasa sea tan grave.
- No tienes un diagnóstico oficial.
- Crees que lo que te pasa no es tan grave.
- Quizás no estás lista aún para admitir lo que te pasa.
- Crees que no es para tanto.
- No quieres que piensen que eres una quejica o una hipocondríaca.
- Piensas que esto es «la maternidad normal«.
- No quieres que parezca que estás sufriendo más que cualquier otra padre.
-
Quizás esto es simplemente aquello que llaman baby blues.
- Piensas que tal vez estás exagerando los síntomas.
- Tienes un miedo atroz a que te quiten a tu(s) hijo(s).
- No quieres asustar a tu(s) hijo(s).
- Te preocupa que no te crean.
- También te preocupa que te consideren peligrosa.
- Piensas que existe la posibilidad de que te encierren.
- No quieres creer que eres una mala madre.
- Consideras la posibilidad de que todo esto esté ocurriendo porque has hecho algo mal.
- Te sientes culpable.
- Te da vergüenza no poder con ello (sobre todo cuando todas las demás parece que pueden perfectamente).
- Sabes que si empiezas a hablar sobre ello no podrás parar de llorar.
- Te preocupa lo que los demás pensarán de ti.
- Mucha gente piensa que las enfermedades mentales no son reales.
- No quieres que te vean como una «persona loca«.
- Ni que las personas se sientan incómodas alrededor.
- No quieres que la gente sienta pena por ti.
- Ni que te digan cosas hirientes.
- Sientes que eres un fracaso.
- Lo ves como una señal de debilidad.
- No quieres ser una carga.
- Te preocupa que tu pareja pueda dejarte.
- Estás esperando que alguien se preocupe por tu estado (y no solo por el bebé).
- No quieres perder tu trabajo.
- Ni quieres que aparezca en tu historial médico.
- Crees que te puedes curar por ti misma.
- Quizás todo esto está solamente en tu cabeza y es una paranoia que te has montado.
- A lo mejor todo se pasa si esperas suficiente tiempo.
- No crees que hablar sobre el tema ayude en nada.
- Siempre puedes encontrar algún otro motivo que explique los síntomas.
- No crees en tu médico de cabecera, los psiquiatras o los psicólogos.
- Crees que la terapia te parece una magufada.
-
No estás dispuesta a medicarte.
- En realidad, no sabes muy bien con quién tienes que hablar para salir de esto.
- Quizás ni siquiera puedas conseguir la ayuda necesaria.
- No tienes ni idea de los tratamientos que existen para combatir tu problema.
- Te sientes sola.
- No quieres que empiecen a vigilarte por miedo a que te suicides.
- Crees que nadie va a entender esto por lo que estás pasando.
- No conoces a nadie que haya experimentado lo mismo que tú.
- No tienes suficiente información sobre lo que te pasa para poder enfrentarlo.
- Es difícil encontrar las palabras necesarias para expresar lo que te ocurre.
- Piensas que eres la única persona que ha tenido esos pensamientos o sentimientos.
- Tienes miedo de que si lo hablas se convierta en algo real.
- No quieres admitir que hay algo mal en tu cabeza.
- Crees que es solo cuestión de pensar en positivo.
- Millones de madres han parido y criado hijos en la historia ¿cómo no vas a poder tú?
- Te da miedo qué opinará la gente sobre tus capacidades de criar.
- Quieres ser un buen ejemplo para tu(s) hijo(s).
- No quieres que lo que sea que te ocurra se «le pegue» a tu(s) hijo(s).
- A veces piensas cosas tan terribles que jamás nadie entenderá que en realidad no quieres hacer daño a nadie.
Por cada motivo de esta lista hay una razón para hablar.
Pero voy a hacer un alegato en general para que, cuando pienses alguna de estas cosas, te la sacudas y te deshagas de ese silencio que nos hace daño.
La depresión postparto se cimenta en el miedo y la culpa. Muchas veces (más de las que creemos) esos miedos y culpas son compartidos por todas las demás madres. Tengan o no algún problema de salud mental. La maternidad llega junto con un montón de inseguridades porque nadie nos enseña a ser madres y es que aunque hubiera un manual de instrucciones cada peque es un mundo, cada familia un sistema y cada circunstancia vital un universo. No existen las herramientas que sirvan para todos en la crianza.
Si compartimos esos miedos y culpas veremos que no estamos solas. Que no somos raras ni únicas. Quizás los nuestros están exacerbados por culpa de la enfermedad, pero saber que tienes una base común puede hacer que te sientas más comprendida y te sea más fácil hablar de tus sentimientos y pensamientos con otras madres.
El silencio que guardamos es nuestro peor enemigo. Nos obliga a mantenernos aisladas. Estas son unas cadenas que solo podemos romper nosotras mismas. Por eso creo en este blog, por eso escribí «Elijo el arcoíris» y por todo eso comparto mi día a día en redes sociales. Abrirme me ha ayudado a conocer a un montón de otras mamás que están pasando o han pasado por una situación similar.
No estás sola.
Taisa dice
Uf. Tiene que ser una sensación terrible pasar por esto y tener en la cabeza todas esas cosas que cuentas. La verdad es que haces una gran labor visibilizando esta realidad. Muchas «lo pasamos mal» y puede que realmente no sea tanto, aunque en cualquier caso, siempre es bueno hablarlo. Aunque pienses que no es nada. Y quien realmente cae en una depresión… Tiene que ser muy chungo.
Mucho ánimo a todas las madres.
Lucy Chibimundo dice
Tanto si lo estás «pasando mal» como si es una depresión postparto creo que saber estas cosas y tener recursos siempre viene bien 🙂
Gracias por pasarte a comentar <3