En el mundo en que vivimos hay muchas palabras nuevas que van hablando de las diferentes realidades que vivimos. “Baby-clash” es una de esas palabras. Tomada del francés (aunque parezca inglesa) habla sobre las rupturas o problemas de pareja en el primer año de vida del bebé, sobre todo en primerizos.
¿Qué es baby-clash?
La llegada del primer bebé marca un antes y un después en una relación de pareja. Es un momento difícil de afrontar. La vuelta a casa con el recién nacido, la inexperiencia y los cambios que supone tiene nombre: baby-clash, o así es como lo llaman en Francia.
El conjunto de sentimientos y emociones contradictorias por las que pasan los padres en las primeras semanas de vida son un reto para la pareja que se puede resentir. Puede llegar a ser el mejor y el peor momento vital. Por un lado tenemos la ilusión de tener por fín al peque en nuestros brazos pero por el otro lado los cambios suponen un gran reto que afrontar.
Un bebé te cambia la vida.
Sí, para siempre. Las cosas ya no vuelven a ser igual que antes, aunque puedan parecerse mucho, esto se consigue con el paso del tiempo. Desarrollando estrategias y aprendiendo sobre esa nueva persona que está en tu vida. La personalidad de un bebé no se elige, ni las consecuencias que pueda tener como cólicos, alta demanda, necesidades especiales…
Para no sentirse solos en este camino están los grupos de lactancia y de crianza. Además de las redes sociales habituales como pueden ser la familia o amigos. Muchas veces nos cuesta más demostrar que necesitamos ayuda ante conocidos. Por eso es necesario otro tipo de “público” para resolver nuestros problemas. Ojalá yo hubiera ido a un grupo de este tipo los primeros meses de crianza, creo que mi depresión no habría sido tan seria.
¿Qué problemas tendremos que enfrentar?
Además de los que vengan con el cuidado intrínseco del bebé hay otras dificultades que pueden surgir:
- Fatiga y cansancio.
- Depresión posparto (para ellas y ellos).
- Falta de sueño.
- Pérdida de intimidad.
- Falta de equilibrio en las tareas de cuidado.
- Intromisión familiar.
Además nos encontramos ante una redefinición de los roles que la pareja tenía y que ahora deben repartirse. El cuidado principal del bebé puede recaer más sobre la madre en los primeros meses de vida, por la lactancia. Pero eso no es excusa para que el resto de tareas recaigan también en ella o que asumalas de antes más las de ahora. Por otra parte delegar tareas del hogar sigue siendo un gran bache en las parejas donde se ha tenido una educación tradicional y machista.
También hay una lucha de poder entre los dos miembros de la pareja a la hora de tomar decisiones importantes como la vuelta al trabajo tras la baja maternal, la elección del tipo de educación, la guardería o colegio al que irá el bebé, etc…
¿Cuándo acudir a terapia de pareja?
Si tras los primeros seis meses del bebé la pareja sigue siendo un caos y os sentís cada vez más alejados es recomendable que asistáis a terapia para que un observador externo ponga las cosas sobre la mesa y os ayude a avanzar.
En la terapia se puede descubrir si hay algún problema y qué tratamiento puede ayudar. Sobre todo si hay algún trastorno de base que está afectando a la relación como una depresión, ansiedad, insomnio…
¿Conocías el término de baby-clash?
Hijosmanual dice
Realmente es tal cual, lo cuentas. Lo peor de todo, es que incluso he llegado a escuchar a mi pareja decirme «es que te gusta hacerte la mártir», porque él nunca ha aceptado ni aceptará que su vida ha cambiado y quiere seguir como antes, y si yo tengo implicación real, soy una mártir, la mayor carga de todo con los hijos es mía.
Él insiste y se enfada, y me dice. ¿Es que acaso no me hago cargo de los niños? ¿Es que no hago cosas en casa? Me hace gracia, porque esas preguntas denotan como si estuviera haciendo un esfuerzo y no su responsabilidad como padre.
Creo que ser padres me ha hecho descubrir que, las cosas no son tan diferentes a cuando mis padres me tuvieron, y el pensamiento sigue siendo muy machista.
Y quizás ahora, ya las mujeres no nos conformamos.
Lucy Chibimundo dice
Yo creo que tienes mucha razón en tu última frase. Quizás la sociedad no haya cambiado mucho pero las mujeres sí. Hemos aprendido que no todo recae en nosotras y sabemos pedir colaboración y ayuda. Que debería salir de ellos, ciertamente, pero educarlos en esa línea debe ser más difícil de lo que parece. Supongo que el cambio se produce cuando una parte de rebela, y en este caso nos toca a nosotras.