Poco después de empezar a tomar la medicación para la depresión empecé a tener también síntomas de ansiedad. Con sus picos de ataques de ansiedad y ataques de pánico que por desgracia muchas personas conocen. Algo que no hacía habitualmente en ese momento era montar en metro, por eso un día de vuelta a casa me di cuenta de que era incapaz bajando las escaleras de la estación.
¿Qué es la ansiedad?
Puedes ir a buscar una definición concreta en Wikipedia. Para mi la ansiedad es una forma que tiene el cuerpo de decirme que he pasado por alto demasiados avisos de estrés, que aquel dolor de estómago o de cabeza que me envió significaban algo que ignoré. Y cuando el cuerpo de repente detecta una amenaza ahí está la ansiedad, algo mayor que el estrés.
Puedes tener diferentes síntomas pero los más habituales son sudoración, mareo, temblores, dolor de cabeza, palpitaciones, problemas para respirar, nauseas, ganas de ir al baño… También hay síntomas psicológicos como un miedo intenso, inquietud, bloqueo, dificultades para concentrarse…
¿Cómo gestionar la ansiedad?
Cuando notamos estos síntomas y podemos identificarlos como tales es más fácil de gestionar, estamos en un estado previo a un ataque y es cuando podemos hacer algo al respecto. En el momento del ataque es como si el cuerpo lo controlara todo y la mente se descontrolara y es muchísimo más difícil de gestionar, aunque no imposible.
Para prevenir:
- Dormir bien: intentar hacer las 8 horas de sueño estipuladas ayuda a descansar y prevenir la ansiedad.
- Hacer deporte: libera endorfinas y cansa, además es bueno en general para la salud.
- Aprender relajación: puedes probar con mindfullness, meditación, respiraciones…
- Establecer descansos: aunque tengas jornadas de trabajo muy intensas busca 5 minutos para evadirte
- Tener un hobby: algo que te lleve a un estado tranquilo y feliz
En el momento:
- Respirar hondo: la respiración ayuda al resto del cuerpo a seguir un ritmo en vez de acelerarse. Si has ejercitado la respiración en situaciones de tranquilidad esto se te hará aún más fácil.
- Racionalizar: si puedes coger el pensamiento que te ha llevado a esa situación y diseccionarlo poco a poco con preguntas ¿estoy siendo realista?, ¿cuál es la probabilidad de que suceda?, ¿qué es lo peor que podría pasar?, ¿es cierto o solo me lo parece?, ¿cómo podría prepararme ante esto?…
- Afirmaciones positivas: decirte frases positivas que lleves preparadas en ese momento como puedo calmarme, yo controlo mi cuerpo y mi mente, esto pasará, solo es un momento de ansiedad, etc…
¿Puedo ayudar a alguien en un ataque de ansiedad?
Cada persona es un mundo y puede ser más receptivo a una serie de estímulos u otros. También depende de su historial con esta patología. Si llevas poco tiempo el descontrol, el miedo y la vergüenza pueden ser excesivamente intensos. Hace poco hablé en un podcast sobre ello, te invito a escuchar lo que a mi me hace bien en esas situaciones por si te puede ser de utilidad:
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Ansiedad ante montar en metro
En este caso concreto es una especie de claustrofobia secundaria. Muchas veces la ansiedad puede convertirse en otras cosas dependiendo del miedo que tengamos: espacios abiertos, cerrados, con mucha gente, a estar solos… depende de la persona.
En mi caso durante un tiempo evité montar en metro directamente, como no lo necesitaba para vivir era fácil. Pero viviendo en Madrid si quieres ir al centro es una tortura llevar el coche por lo que me convencí a mi misma de que debía enfrentar el problema. Lo hice mediante una exposición gradual a lo que me daba miedo.
Primero iba a una estación que tengo cerca de casa y es de estas grandes con mucho espacio y luz natural. Bajaba hasta los tornos y luego me iba. Casi cada día. Aprovechaba la compra del pan o lo que fuera para hacer la visita a los tornos. Cuando ya dominé la ansiedad empecé a hacer viajes cortos. Si tenía que ir a algún lugar hacía parte del camino en metro hasta que veía que tenía mucha ansiedad y entonces me bajaba y cogía un taxi al destino.
No te voy a engañar, me he dejado un dinero con este sistema, pero siempre he pensado que era mejor afrontarlo y hacerlo.
Ahora mismo lo que peor llevo son los transbordos, sobretodo aquellos en los que hay que caminar mucho, me falta el aire y me cuesta llegar. Tengo la ayuda de la medicación y el soporte emocional con mi psicóloga. Es difícil afrontar este tipo de situaciones uno solo. Pero poco a poco y con mucho trabajo se puede volver de ese estado.
¿Y tú has sentido alguna vez ansiedad?
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