Hace ya un tiempo que no te veo y no sé de ti. No te echo la culpa por ello, ambas nos hemos ido alejando la una de la otra poco a poco. Ni tu te has acercado ni yo he hecho lo propio. Y esto es el resultado natural de las cosas.
A veces te echo de menos.
Miro hacia atrás y pienso en cuando eramos aún amigas, nos llevábamos tan bien, quedábamos cada semana. Había confianza y complicidad. Nos lo contábamos todo. Eras una de mis mejores amigas.
Y entonces algo cambió.
Quizás fuiste tú o quizás fui yo. A lo mejor ambas a la vez.
Si hago examen de conciencia creo que fueron sobretodo las circunstancias vitales de cada una, que cada vez eran más distintas. Nos hacían buscar cosas diferentes, tener planes incompatibles y a veces no llegar a entendernos.
En ocasiones echo la culpa a mi maternidad de este alejamiento.
Recuerdo tu cara cuando te dije que estaba buscando un bebé. Todo un poema. No te lo esperabas, y la verdad es que yo tampoco esperaba tener un deseo de ser madre como el que me llegó.
Te echo de menos pero no suficiente.
Poco a poco empezaron a haber cosas malas. Fallos en la confianza que nos teníamos, miedos… a hacernos daño, a separarnos, a ser sinceras. Y ese miedo nos hizo más daño que lo que habría pasado en realidad.
Aún a veces me pregunto qué será de tu vida, ahora que hace tanto que no te veo. Quiero imaginarte feliz y plena. Rodeada de gente que te aporta y te quiere. Viviendo la vida que querías.
Mi vida ahora mismo no está pasando por su mejor momento, pero podría ser peor.
Lo que si sé es que a pesar de echarte de menos, no quiero hacer el esfuerzo de volver a tenerte en mi vida, porque ahora somos tan diferentes que no encajamos.
Pero, a pesar de todo, me encantaría verte por un agujerito y saber que estás bien.
No, no ha cargado mal la entrada. Así es como las ven los ciegos al usar el lector de blogs si no has configurado el texto alternativo al subirlas. Las imágenes son importantes, descríbelas para personas ciegas.
Por una red de blogs accesibles.
SI tu también quieres participar, escribe un post con las imágenes en negro y copia este texto. Conoce cómo ve el mundo una persona ciega visitando 6sense Travel
Para saber como configurar las imágenes con ALT y/o sumarte a en twitter, accede a este post.
Me ha encantado el post.
Me siento muy identificada.
No cambiaría la maternidad por nada, pero echo de menos muchas cosas de mi vida anterior. También a mi mejor amiga, porque el distanciamiento ( fue tal cual lo narras ) al seguir caminos miy diferentes.
Y no voy a mentirte, me queda un resquemor por su falta de implicación en lo más bonito que ha pasado en mi vida, que no sé si se borrará algún día.
Y lo hemos hablado, pero pasando de puntillas, y me achaca haberme acomodado, haber dejado de ser amiga, y no entiendo sus palabras… siento que ya no me conoce.
Pero la sigo recordando. Y a menudo me pregunto porqué no quiso seguir participando de mi vida, porqué dejé de ser importante en su día a día… y hay un vacío porque la sigo queriendo, o quizás es porque era muy bonito lo que compartíamos en aquella otra vida.
Yo creo que en mi caso nos falto implicación a ambas, la una por la otra y es que cuando llegan los peques nuestras prioridades cambian.