Y no del tipo de vacaciones que está ahora todo el mundo pensando por la oficina. De esas también, pero ahora mismo mataría por tener unos días para mi sola, con el marido trabajando y el niño en la guarde.
Egoísta que es una, qué le vamos a hacer.
Pero es que, de verdad, me gustaría tanto tener algo de tiempo para mí y solo para mí… Sin obligaciones de trabajo que me mantienen ocupada con unos plazos que cumplir. Sin las prisas de ir siempre corriendo para llegar a todo (obviamente, sin conseguirlo).
Vacaciones de ensueño…
Empiezan con unos días organizando a fondo la casa. No me reconozco, pero así es. Unos días bien invertidos en vaciar los armarios y organizar todo lo que llevo una eternidad posponiendo:
- Sacaría un montón de ropa mía y de Diego para donar.
- Tiraría todos los cacharros de la cocina que no utilizo hace años.
- Vería el fondo del cacharro para la ropa sucia.
- Ordenaría las facturas y cambiaría las bombillas fundidas.
- Hasta movería el sofá de su sitio para sacar todos los tesoros que esconde debajo.
Y cuando hubiera acabado con eso y la casa tuviera la pinta que tiene en mi cabeza haría una segunda fase. Me pondría manos a la obra con mi Diógenes digital. Ordenaría las fotos antiguas, borrando las duplicadas y actualizando la copia de seguridad. Hasta haría algún álbum digital para imprimir como hacía antes cuando era joven y con tiempo libre.
Pondría al día mis redes sociales, haciendo limpieza de “amigos” con los que llevo sin hablar eones. Borraría toda la basurilla que se acumula en mi correo electrónico hasta dejarlo a mitad de su capacidad.
También algo de descanso…
En una tercera fase vacacional (probablemente intercalada con la segunda, no voy a engañaros) me rascaría la barriga tirada en el sofá y le daría un buen tiento a las series que se me acumulan en Netflix (hasta que no se invente el método para parar el tiempo, no creo posible ver todas las series que me gustaría ver la verdad). Cogería un buen libro sin interrupciones y me bajaría a la piscina a coger algo de colorcito como cuando era pequeña y pasaba los veranos a remojo.
Vale, igual en esta tercera parte me he venido demasiado arriba, pero mis vacaciones ideales incluirían algo de tiempo para mí. Algún rato en la piscina, o pintándome las uñas o leyendo sin interrupciones, o viendo algo que no se emita en Clan.
Ay qué bonito es soñar ¿verdad?
Ayer mi compañera miraba vuelos para pasar una semana en Roma y yo sólo puedo pensar en organizar la casa y tener tiempo en soledad.
Prefiero no pensar qué pinta tendrán las vacaciones reales, aunque me hago una ligera idea de que van a implicar mucha piscina y muchas visitas a los abuelos xD
Dejaremos los sueños para el verano siguiente.
Bebé a Mordor dice
Ponme dos de estas. Me vienen bien. XD
Lucy Chibimundo dice
Pero si te vas en nada a Japón y nos vas a dar una envidia loca!!! 😛
(estas pillatelas a la vuelta)
Martarivasrius dice
Quiero. Por favor, avísame cuando encuentres la manera.
?
Clara dice
Si lo consigo os comparto la fórmula secreta!!
De momento, tengo al padre y al hijo haciendo la siesta, que es lo más parecido a lo que pedía. Así que he puesto un par de lavadoras y me he puesto al día con los comentarios del blog.
Algo es algo!
Paseando con Eloy dice
Yo también pienso algunas veces en esos momentos y alguna vez cuando saco un rato no hago ni ña mitad de cosas que tenía pensadas porque me tiro al sofá y se me pasa la vida mirando chorradas jaja pero esos momentos me vienen genial. Son tan necesarios de vez en cuando.
Lucy Chibimundo dice
Es que descansar también es importante, a mi me baila en las prioridades y a veces no sé si quiero dormir o necesito ordenar…