Normalmente las personas vivimos tanto los conflictos como los problemas como algo negativo. A veces incluso utilizamos las dos palabras indistintamente. Hoy voy a intentar aclarar conceptos para ver el lado positivo de estas dos palabras.
Problema
Se trata de una situación que genera malestar. Normalmente vienen dadas desde fuera o simplemente aparecen. Puede haber personas que intervienen en él o no.
La clave de un problema es que en el momento en que se percibe éste no tiene solución, hay que buscarla.
En el caso de que un problema tenga solución debemos marcarla como nuestra meta y decidir que pasos debemos seguir para llegar hasta ella, donde encontraremos la solución. En caso de que no tenga solución, o no esté en nuestra mano, pasamos a la aceptación del problema para convivir con él.
Conflicto
Surge con uno mismo u otros, siempre se trata de una situación en la que intervienen personas. Se debe a un malentendido o ala incapacidad de llegar a un acuerdo para solventar la situación.
La clave de un conflicto es que para conseguir que desaparezca es necesario llegar a un acuerdo.
Para conseguir el acuerdo es básico gestionar las emociones que aparecen ante el desacuerdo. Tratar de evitar el miedo y la ira, trabajando con la paciencia. Ser asertivo en este tipo de situaciones es nuestra mejor arma.
¿Qué tienen de positivo?
Poner el foco en la solución ya nos mueve de la situación problema o conflicto a la de búsqueda, de forma que no nos quedamos encajados en el quejismo. Para lograr esa solución tenemos que poner en marchar habilidades como la creatividad o el cambio de perspectiva. Este tipo de competencias de solución de problemas son muy útiles tanto en la vida diaria como en la laboral.
Por otra parte una vez solucionas un conflicto con otra persona de forma satisfactoria, la relación con esa persona se ve afectada. En el caso de que hayamos sido asertivos y el acuerdo fomente una situación de win-win (ganancia para todos) la relación saldrá fortalecida y mejorará la confianza.
Deja una respuesta